Por un instante, la calle de Alcalá parece haber cambiado de coordenadas. La fachada neoclásica del Círculo de Bellas Artes, tan acostumbrada a exposiciones y tertulias, se ha convertido en una puerta a Seúl. No hacen falta pasaportes ni billetes de avión: basta con cruzar el vestíbulo para que el corazón de Madrid se transforme en un caleidoscopio coreano de luces LED, ritmos frenéticos y aromas a kimchi.
La K-EXPO Spain 2025 ha aterrizado con la promesa de condensar toda la cultura surcoreana en un solo edificio. Y lo cumple. Cada planta del Círculo es un capítulo distinto de esta historia que mezcla tecnología, estética, tradición y —por encima de todo— música. Porque si hay un hilo conductor en este universo efervescente, es el sonido: desde las baladas melancólicas de los dramas televisivos hasta el jazz más sofisticado, pasando por las coreografías milimétricas del K-pop.
Primera planta: cuando el fandom se convierte en protagonista
El recorrido arranca en un escenario donde la espontaneidad manda. Un grupo de jóvenes, muchos aún con uniforme escolar, se agrupa en círculo para un cover dance colectivo. El eco de NewJeans, Stray Kids o Seventeen retumba en las paredes modernistas, y el público, lejos de ser mero espectador, se suma a la coreografía.
Hay un ambiente de festival callejero más que de feria institucional. Se graban vídeos, se comparten risas y se ensayan pasos con una seriedad casi profesional. Aquí la música no es fondo: es motor, idioma y punto de encuentro.
Segunda planta: el poder emocional del K-OST
El pulso se vuelve íntimo unas plantas más arriba. El Teatro Fernando de Rojas acoge uno de los momentos más esperados de la jornada: el K-OST Concert, un homenaje a las bandas sonoras que acompañan los dramas coreanos.
Abre el concierto Lara Benito, invitada española que se atreve con un dueto bilingüe que arranca ovaciones. La sigue Choi Yu Ree, etérea y poética, su voz es un susurro que despierta sensaciones y crea un ambiente íntimo.
Cuando Ben aparece en el escenario y entona la balada principal de Goblin, el silencio se vuelve reverente. Su voz, cálida y contenida, navega entre el público con la precisión de un suspiro. Por algo es la reina de los K-OST.
Luego llega Isaac Hong con su sello: poderoso y cinematográfico. Su presencia es acogida por las fans con murmullos de admiración y su voz llena todos los rincones de la sala…
Durante más de una hora, el teatro es un refugio emocional. Las canciones no solo evocan escenas de series populares: reavivan recuerdos personales, romances ficticios y nostalgias compartidas. Es una banda sonora colectiva.
Eso ocurrió el domingo, pero el lunes le tocó el turno al Jazz, en concreto y en ese mismo escenario, “Un viaje por Corea a través del Jazz” con Songah Chae Trio, liderado por SongAh Chae de Corea del Sur, y a la que acompañan Manos Stratis de Chipre y Joshua Wheatley de Inglaterra, que con melodías tan hermosas como “Yeosu Night Sea” y “Blue Night of Jeju Island”, podías sentir como si viajaras por Corea a través del jazz. Fue una sorpresa fuera de programación, una maravillosa sorpresa…
Tercera planta: viajemos a Corea
K-Tour: info de viajes a Corea con los festivales más icónicos, desde Suwon hasta Hwacheon. Toda la info más algunos concursos y fotos instantáneas para que puedas ver como estarías en Corea de vacaciones…
Cuarta planta: el cuerpo como instrumento
La sección dedicada a la moda y la gastronomía coreanas también se convierte en escenario. Entre puestos de tteokbokki y demostraciones de maquillaje, un grupo de bailarines profesionales ofrece un showcase de K-pop dance.
El virtuosismo técnico impresiona: cada movimiento está perfectamente sincronizado, cada gesto medido al milímetro. No hay improvisación, pero sí una energía contagiosa que arranca gritos y aplausos. Es el lenguaje corporal convertido en arte popular, la estética urbana elevada a coreografía.
Quinta planta: el futuro también tiene banda sonora
El último tramo del recorrido es un salto hacia adelante. Entre robots que saludan, salas de realidad aumentada y proyecciones envolventes, la música vuelve a reclamar protagonismo. Una performance fusiona danza tradicional coreana con bases electrónicas y visuales futuristas. El resultado es hipnótico: tradición y vanguardia bailando al mismo compás.
Epílogo: una sinfonía llamada Corea
Cuando cae la noche y regreso a la calle, tengo la sensación de haber estado lejos. En solo unas horas he viajado desde los callejones bohemios de Hongdae hasta los grandes escenarios de Myeongdong, desde el jazz de un bar subterráneo en Seúl hasta el universo sentimental de los K-dramas.
La K-EXPO Spain 2025 no es solo una feria: es una experiencia inmersiva donde la música actúa como brújula y puente cultural. Y al salir, uno entiende que el fenómeno coreano no consiste únicamente en ritmos pegadizos o coreografías virales. Es, sobre todo, una forma de contar historias… y de hacer que resuenen incluso cuando el concierto ya ha terminado.
HALLYU EN MADRID
EN RESUMEN… La ola coreana (Hallyu) llegó a Madrid y durante tres días empapó de música, gastronomía, series, películas y más el Círculo de Bellas Artes y alrededores…
Y es que está claro que el estilo de vida coreano se ha puesto de moda, no solo en España, sino en todo el mundo, y lógicamente en Madrid se demostró el porqué de esa idea…
ALL ABOUT K-STYLE
La K-EXPO Spain 2025 ha durado tres días, desde el domingo 28 al martes 30 de septiembre y ha dejado a su paso un montón de experiencias, para pequeños y mayores (que también han sucumbido a esta llamada); concursos, música, series, películas, gastronomía, retos y muchas sensaciones que han enganchado a madrileños, madrileñas y personas que han venido de muchas partes de España para conocer y disfrutar de primera mano de ese HALLYU que sigue creciendo y veremos hasta dónde llega…
Y mientras en el Círculo se celebraba la K-EXPO, en el Hotel Riu Plaza España tenía lugar la parte “seria” de la visita coreana…
El programa profesional se desarrolló los días 29 y 30 de septiembre en ese hotel, donde más de 60 compañías coreanas de sectores como animación, webtoons, cosmética y alimentación presentaron sus propuestas más innovadoras. Participaron referentes como The Pinkfong Company, MBC, Jung Saem Mool, TIRTIR y Lalarecipe, junto a productores de K-Food especializados en marisco y productos procesados, que establecen alianzas con compradores internacionales de países como Polonia, Estonia y Emiratos Árabes Unidos.