Con motivo de la celebración del Día Nacional de la Salsa el próximo 5 de octubre, Puerto Rico se prepara para convertirse en el epicentro mundial de este género musical. La salsa ha marcado generaciones y continúa siendo una de las expresiones más auténticas de la identidad boricua y latina.
“El Día Nacional de la Salsa no es solo un festival, sino un encuentro cultural que conecta a nuestra gente con sus raíces y que atrae a visitantes de todas partes del mundo”, ha señalado Davelyn Tardi, Directora de Relaciones Públicas de Discover Puerto Rico.
Organizado por la emisora de radio Z-93, la Isla caribeña lleva desde 1984 homenajeando el patrimonio musical de Puerto Rico. Este año, durante su 41.º aniversario, el Estadio Hiram Bithorn, en la emblemática Plaza de la Independencia en San Juan, se llenará de música, baile y cultura para rendir homenaje al “Sonero Mayor”, Ismael Rivera, una de las voces más icónicas del género que marcó el inicio de una tradición que se ha mantenido hasta el día de hoy.
La salsa, como fenómeno global, nació en el crisol de culturas que era la ciudad de Nueva York a finales de los años 60 y 70. Fue en los barrios poblados de latinos de esta gran metrópoli donde músicos pioneros, en su mayoría puertorriqueños, fusionaron ritmos caribeños con la bomba y la plena de su tierra, añadiendo la sofisticación del jazz, para crear el sonido nuevo, electrizante y urbano que recibió el nombre de salsa.
Más que un simple género, la salsa se convirtió en la banda sonora de toda una generación y en un símbolo de identidad para los puertorriqueños, tanto en la Isla como en la diáspora, manteniendo viva su cultura en Nueva York a través de cada acorde. Por eso, celebrar la salsa en Puerto Rico es celebrar una parte inseparable del alma boricua, un ritmo que, aunque geográficamente tuvo su cuna en los barrios neoyorquinos, late con fuerza en el corazón de todo Puerto Rico y de todo latino que se precie.
Este evento para celebrar el Día Nacional de la Salsa trasciende fronteras y consolida a Puerto Rico como uno de los mejores escenarios del mundo para escuchar (y bailar) la mejor salsa y para experimentar la energía vibrante de la Isla a través de su música.