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Château  d’Abbadie cerca de Hendaya
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Château d’Abbadie cerca de Hendaya

El Château D’Abbadie de Hendaya, una joya amurallada e icónica

Construido sobre un acantilado, y rodeado por unos amplios jardines con unas magníficas vistas sobre el océano atlántico, se encuentra el impresionante Château d’Abbadie. Es uno de los grandes atractivos turísticos de la localidad francesa de Hendaya, localidad fronteriza con España, en el departamento de los Pirineos atlánticos.

Se trata de una encantadora y plácida estación balnearia también conocida, entre otras cosas, por su espectacular playa de 3kilometros de longitud, considerada como una de las más bonitas de Francia con un centro de talasoterapia.

Levantado sobre un acantilado el Château d’Abbadie, es un castillo del siglo XIX construido por Eugène Viollet le Duc entre 1864 y 1884

Levantado sobre un acantilado conocido como la Pointe de Sainte Anne, el Château d’Abbadie, es un castillo del siglo XIX construido por Eugène Viollet le Duc entre 1864 y 1884. De estilo neogótico con extraordinaria riqueza decorativa. El edificio lleva la huella de la pasión por la cultura oriental de su propietario e impulsor, Antoine d’Abbadie (1810-1897). Un científico galo, astrónomo y explorador, pero también antropólogo y lingüista, que recibió la medalla de oro de la Sociedad de Geografía de París en 1850, fue condecorado con la Legión de Honor y se convirtió en miembro de la Academia de las Ciencias de Francia donde llegó a ser elegido Presidente de la institución en 1892.

Gran viajero, realizó la primera cartografía que se conoce de Etiopia, país africano, donde estuvo residiendo durante 10 años. Estrechamente vinculado al País Vasco (su padre era vasco francés y su madre irlandesa) fue también uno de los más ardientes defensores de su lengua y su cultura, tanto es así que se le recuerda con el sobrenombre de “Euskaldunen Aita” (padre de los vascos).

Un castillo fuera de lo común

La arquitectura del castillo, de estilo neogótico, está inspirada en el modelo de las fortalezas de la edad media. Su rigor arquitectural contrasta con las numerosas representaciones exóticas de animales que lo decoran y que a buen seguro hacían recordar a su dueño los años que había pasado en el continente africano: serpientes, cabezas de elefantes, cocodrilos, incluso caracoles... y que confieren al conjunto neogótico un aire singular, único en el País Vasco francés.

Se trata de una obra arquitectónica que consta de un cuerpo central alrededor del cual se distribuyen tres alas: una situada al noroeste reservada al estudio, otra al este para la devoción y otra meridional dedicada a la vida social.

En el ala norte, el observatorio astronómico equipado con un telescopio meridiano, de una gran rareza

El castillo alberga también en su interior una capilla en cuya cripta, bajo el coro, descansan los restos mortales de Antoine y su esposa Virginie.

Las diferentes formas de su estructura, que a su vez parece mezclar diferentes estilos, le otorgan un punto extravagante que resulta curioso y recuerda, un poco, al castillo de Neuschwanstein en Baviera (Alemania).

Conservado en perfectas condiciones, está construido en piedra de color blanquecina donde destaca el color rojo de su puerta principal y el gris marengo de los tejados y de las torres.

Los animales tallados en piedra a modo de ornamentación en el exterior del castillo parecen estar estratégicamente situados como las cabezas de elefantes que miran hacia el mar, o la serpiente dominando la puerta principal en la parte alta de la entrada o los dos cocodrilos que flanquean las escaleras de acceso al castillo...

El Observatorio y sus dependencias del Castillo

La riqueza de su decoración interior hace de este castillo un lugar destacado en ornamentación y policromía.

El rigor del diseño exterior del castillo se contrapone al exotismo y fantasía de los interiores donde prolifera todo el bestiario que puntúa las fachadas exteriores. En el Château d’Abbadie, todo es signo y símbolo, y un excelente análisis arquitectónico permite identificar con precisión las ideas y convicciones firmes de Antoine d’Abbadie. "Mejor ser que parecer" es uno de los muchos aforismos y/o divisas que se pueden leer en las paredes y techos del castillo.

El interior invita a dejar volar la imaginación con la sensación de que algo único está por descubrir... y es que todo el conjunto nos hace retroceder en el tiempo. Destaca la escalera principal en madera maciza adornada con una colorida vidriera que representa los escudos de armas de la familia o la iluminación de la misma a modo de antorchas sostenidas por hombrecitos con rasgos africanos también tallados en madera así como las exóticas pinturas murales que representan escenas de la vida cotidiana de las tribus de Etiopía.

Situado en el ala norte, el observatorio astronómico equipado con un telescopio meridiano, de una gran rareza, con círculo de medida decimal, otorga al lugar una dimensión singular.

En todas las habitaciones se conservan los muebles de época, que han sido restaurados

La espectacular biblioteca, conserva todavía a día de hoy una importante colección de obras científicas y literarias de Antoine d’Abbadie. De hecho, cuando legó su propiedad a la Academia de las Ciencias en 1897 la biblioteca contaba con más de 10.000 volúmenes entre los que destacaban 960 obras vascas y 234 magníficos manuscritos bíblicos o literarios, escritos en la lengua litúrgica etíope, el Ghez. Así como publicaciones astronómicas que testimonian de la frenética actividad del antiguo observatorio que es tuvo en uso hasta 1975, casi un siglo después del fallecimiento de Antoine d’Abbadie.

Las dependencias personales

En todas las habitaciones se conservan los muebles de época, que han sido restaurados y muchas de las dependencias están dotadas de chimenea, cama con dosel y están decoradas con infinidad de detalles o inscripciones que en la mayoría de los casos hace referencia a los nombres de la pareja formada por Antoine y Virginie. Las tapicerías que cubren las paredes y los colores vivos de la decoración conforman un mosaico colorido a la vez que alegre.

Como curiosidad, destacar el llamado “dormitorio del Emperador” especialmente acondicionado para que el emperador Napoleón III pernoctará durante un viaje a la región, un imperial acontecimiento que nunca llegó a producirse.

Muchas de las estancias están decoradas con los anagramas de Antoine y su esposa Virginie, algo muy del gusto de la época como forma de proclamar su amor.

Como curiosidad, en el comedor principal cada una de las sillas lleva grabada en su respaldo una letra diferente del alfabeto, que unidas entre sí forman una curiosa frase que os invitamos a descubrir si visitáis el castillo.... todos los castillos tienen su misterio....

Por último, destacar la asombrosa y espaciosa capilla con sus coloridas vidrieras y el balcón desde donde la señora de la casa podía asistir a misa sin moverse de su dormitorio.

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