El otoño es la estación perfecta para descubrir Évora: más luz dorada, temperaturas suaves y una atmósfera serena que permite saborear la ciudad sin prisas. A tan solo 2h30 de Badajoz y 3h30 de Sevilla, esta joya del Alentejo portugués ofrece una escapada cultural con todos los ingredientes para desconectar y reconectar: historia, vino, arquitectura y una cocina que se ancla en la tradición para mirar al futuro.
Y en ese viaje del pasado al presente, una parada es imprescindible: Forno da Telha, un restaurante contemporáneo ubicado en una antigua fábrica de tejas que rinde homenaje a la cocina alentejana con la firma del chef portugués Miguel Rocha Vieira, reconocido por su trayectoria Michelin y su sensibilidad creativa.
Un paseo por la historia (antes de sentarte a la mesa)
Évora no solo es una ciudad monumental: es un viaje en sí misma. Desde el icónico Templo romano de Diana hasta la inquietante Capela dos Ossos, el otoño permite disfrutarla con calma, sin aglomeraciones y con una luz que realza la piedra, los arcos, las plazas y los viñedos que la rodean.
Entre los imperdibles de temporada:
Universidad de Évora: una de las más antiguas de Portugal, con claustros renacentistas y azulejos únicos.
Aqueduto da Água de Prata: un acueducto del siglo XVI que se cuela entre casas y patios.
Palacio de Dom Manuel y su parque adyacente: ideal para pasear con los colores del otoño.
Galerías de arte, tiendas de artesanía y bodegas urbanas que permiten conocer el lado más local de la ciudad.
Después, la mesa: fuego, barro y raíces reinventadas
A 10 minutos del centro histórico, Forno da Telha te recibe entre olivos, con la silueta del campo alentejano como telón de fondo y una cocina que rescata la esencia de la región: productos de temporada, recetas heredadas y una presentación que respira contemporaneidad.
Entre las propuestas de otoño:
Conejo en escabeche de zanahoria y naranja.
Empanada de jabalí con ensalada templada de pera y frutos secos.
Presa ibérica marinada en el barreño con migas de patata y cogollo a la brasa.
Setas silvestres salteadas con huevo de campo.
Todo acompañado de vinhos de talha (fermentados en ánforas de barro), aceite de oliva seleccionado por el chef y una carta que pone en valor los vinos del Alentejo.