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Mario Zorrilla, nueve años siendo Mauricio en “El secreto de Puente Viejo”
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Mario Zorrilla, nueve años siendo Mauricio en “El secreto de Puente Viejo”

Mario Zorrilla, nacido en Guecho (Vizcaya). Debutó como actor en el mundo de las series de televisión con ‘Médico de familia’ en el año 1996.Aunque actualmente es conocido por su papel de Mauricio Godoy en la serie “El secreto de Puente Viejo.”

¿Puedes guardar un secreto durante 9 años?

Hay secretos que se llevan a la tumba, por eso son secretos, porque nunca se desvelan. Hemos estado viendo a lo largo de 9 años una serie y creo que no se ha sabido el secreto de Mauricio.

El secreto de Mauricio es la obediencia y lealtad que tenía hacia el personaje de Doña Francisca Montenegro

¿Cuál es el secreto de Mauricio?

El secreto de Mauricio es algo que se ha visto durante todos estos 9 años, su misterio reside en algo tan obvio que hace al espectador preguntarse el por qué, y creo que ese secreto es la obediencia y lealtad que tenía hacia el personaje de Doña Francisca Montenegro. La audiencia se preguntaba como Mauricio podía tragar con todas las órdenes de la señora sin rechistar, ahí se esconde el secreto de la lealtad que caracteriza a Mauricio. Y de alguna manera, el secreto de Mauricio es también el de Mario, el haber crecido como actor al lado de Mauricio, observando, comprendiendo, defendiendo, amando sus errores, y respetando al personaje siempre en sus decisiones, algo que solemos hacer los actores, el crecer junto al personaje y que forma parte del misterio.

¿Cómo llegaste a “El secreto de Puente Viejo?

Llegué a través de un casting con Eva Leire y Yolanda Serrano, que me llamaron para hacer la prueba. Me presenté con nervios, pero con la sensación de que, si el papel era para mí, eso no me lo iba a quitar nadie. Los actores tenemos muchas dudas cuando hacemos un casting, y a veces, vamos muy preparados para el papel y damos más de lo que un director de casting quiere ver o, al contrario… es un equilibrio extraño porque no sabes lo que quieren ver en ti. Por eso fui con nervios, pero con la tranquilidad de saber que si es papel era para mí, me lo darían, teniendo la gran fortuna de que me dieran el papel.

¿Cómo evoluciona tu personaje a lo largo de la serie?

Mauricio tiene una notable evolución desde que apareció el personaje de Efrén, ahí se produjo un punto de inflexión en el personaje y en sus tramas. Le dio una intimidad a Mauricio con el espectador, reveló una serie de emociones que hasta entonces no se habían visto en él. Hizo que se mostrará a un personaje con muchos más matices, que se separa de ese “cacho de carne” que era inicialmente Mauricio.

Mauricio también evoluciona cuando aparece el amor de su vida, el personaje de Fe. Con Fe vemos como se desarrolla la parte amorosa, la represión, el quiero y no puedo y las contradicciones de obedecer a Doña Francisca y arruinarse el corazón.

¿Y tú también has cambiado durante 9 años como persona?

Yo fundamentalmente he salido más viejo, empecé a grabar con 45 años y he terminado con 54 años, no tenía canas y actualmente las tengo. Y efectivamente ha habido una transformación paralela de alguna forma a la del personaje, he aprovechado la oportunidad del aprendizaje diario ante las cámaras. Se ha producido un cambio y un conocimiento personal en cuanto a registros, intenciones, saber estar, tiempos, miradas… Es un aprendizaje que te lo da la práctica y que lo haces tuyo cuando puedes practicarlo con continuidad como ha sido el caso.

El secreto de esta serie es el gran trabajo que ha hecho cada una de las personas implicadas en el proyecto

2.300 episodios ¿recuerdas cómo empezó la serie?

El capítulo uno lo que todos recordamos es como surge el amor entre Pepa y Tristán, es un cuento de hadas maravilloso. Todos nos prendamos de los dos actores y de los personajes.

¿Se esperaba que tuviese tanto éxito?

No podíamos imaginar jamás que íbamos a tener semejante éxito. Recuerdo que en un principio los contratos eran de tres meses y siempre cuando iban a terminar, existían las dudas razonables de si nos renovarían. Hubo varias renovaciones de 3 meses y eso nos hacia seguir en la cuerda floja a pesar del éxito, sin embargo, cuando llego la primera renovación por un año ahí ya se empezó a asentar la serie y los ánimos. Pero jamás pensamos que un trabajo así pudiera durar durante tanto tiempo, quizás por el amor con el que cogimos este trabajo se encauzo tan bien. Lo cierto es que el secreto de esta serie es el gran trabajo que ha hecho cada una de las personas implicadas en el proyecto.

¿Hasta cuándo estaba previsto en inicio que durase?

No creo que hubiese un planteamiento inicial en cuanto a la duración. Estaban las experiencias de otras telenovelas y uno siempre sabe que de alguna manera duran hasta que quiere el espectador. Nadie podía saber el éxito que iba a tener, ni nadie puso una fecha de duración.

¿Podría haber durado otros nueve años más o ya estaba agotada?

Pienso que ha habido momentos de dudas a lo largo de estos nueve años, pero que son totalmente normales, porque la intensidad es algo que no se perdió en ningún momento y no voy a decir que se acertó siempre en todos los aspectos, pero siempre Puente Viejo encontraba su senda para seguir adelante. Se encontró las claves que se supieron que funcionaban desde el principio, y desde dónde el público empatizo rápidamente. Creo que Puente Viejo era un producto que podría haber tenido más vida porque con la esencia miles de personas seguían empatizando, no solo en España, sino también en Italia.

¿Qué hay de Mario en Mauricio y viceversa?

Entre Mario y Mauricio ha habido un traspaso de conocimientos muy interesantes. Mario ha aprendido mucho sobre el mundo rural, por ejemplo, volví a retomar el montar a caballo. Mario a su vez es muy leal a sus amigos y familia, como Mauricio. También compartimos la constancia de querer mejorar en lo profesional y personal. Ambos miramos a la vida de frente y somos personas que no nos gustan las medias tintas.

¿Un papel así y durante tanto tiempo puede encasillar a un actor?

Te diré que no tengo miedo a encasillarme, porque lo que priorizo es la vida y el vivir, y los personajes que puedo hacer y su rendimiento económico sirve para el objetivo mayor, el vivir y ayudar a mi entorno a tener la mejor vida posible. No soy un actor que tenga mitificada la profesión, en alguna época de mi vida sí, pero según me hago mayor mis prioridades son otras. Evidentemente trabajar sigue siendo una de ellas, pero en estos momentos de mi vida no me importa tanto el tipo de personaje, he disfrutado tanto el haciendo de villano que no me importaría volver a hacerlo.

Encarnar a Carlos V supuso, en medio de la vorágine de Puente Viejo, un pequeño oasis para crear otro personaje

¿Es fácil desconectar de Mauricio y volver a ser Mario en tu vida diaria?

Lo difícil era el ruido que había alrededor nuestro, la emisión diaria, el reconocimiento por la calle, eso hacía difícil desconectar del personaje de Mauricio y de la serie, por toda la vida que había alrededor de ella. Desde que hemos dejado de grabar la serie queda una memoria de Mauricio íntima que la cuido y de la que estoy agradecido. Me gustaría hacer una actividad manual, que son actividades que me gustan, que me permita alejarme de Mauricio para poder entregarme de cero a un nuevo personaje.

Pero Mario no solo es Mauricio, y la carrera de Mario no solo se reduce a su papel en “El secreto de Puente Viejo”, porque en 2019 tuvo la oportunidad de hacer del emperador Carlos V en la serie de TVE “Los caminos del Emperador…

Así es. Hice de Carlos V en la docu-ficción dirigida por Juan Frutos. Era algo que no me esperaba y me llego porque vieron imágenes mías y les pareció que podía recordar al emperador. Fue una gran sorpresa y alegría, no solo por encarnar a tal figura, sino porque en medio de la vorágine de Puente Viejo hubo un pequeño oasis para crear otro personaje, tremendamente enriquecedor, porque me obligo a volver a la escuela y estudiar toda su vida.

¿Te has centrado en televisión por gusto?

No puedo decir que me haya centrado en televisión por gusto, en realidad ha sido por la particularidad de esta serie, que ha ocupado casi 10 años de mi vida. Sin embargo, en un futuro cercano mi meta es hacer una obra de teatro. Es algo que necesito, porque el teatro es una disciplina muy distinta que actuar delante de las cámaras en una serie de televisión.

También haces teatro…

El teatro como yo lo entiendo, es la libertad total para construir una historia. Es el laboratorio de las emociones, donde aprendes con los demás en vivo y en directo. El teatro es el sitio del aplauso inmediato, de la gratificación instantánea, algo que forma parte de alimento de actor, el aplauso. Por ello tengo ganas de volver al teatro y conectar con el público.

Y como actor todo terreno que ha hecho sus incursiones en la gran pantalla…

¿El cine que ha supuesto para ti?

El cine para mí ha sido magia. Después de hacer teatro entré en el mundo del cine. Yo no era exactamente un niño, pero para entonces tenía una carrera teatral bastante importante. El cine fue descubrir la magia y la responsabilidad y en algunos casos encontrarme compartiendo escena con monstruos del cine español. No tenía ni idea y de alguna manera aprendí equivocándome. He tenido oportunidad que han sido sagradas para mí, por todo el conocimiento que me han aportado. Y la magia de ver reconocido tu trabajo en una pantalla y la satisfacción personal de que tu circulo cercano te reconociera tu trabajo.

Proyectos a corto plazo intentar poner un poco de tierra de por medio entre Mauricio y yo

En 2006 le llaman para intervenir en uno de esos filmes que se quedan grabados en nuestra memoria cinéfila, “El laberinto del fauno”…

¿Qué significa en tu carrera esa película?

‘El laberinto del fauno’ fundamentalmente fue conocer a Guillermo del Toro, a Maribel Verdú, a Sergi López, a actores increíbles que participaron en esa película, guion extraordinario, localizaciones… todos los departamentos a un nivel que no había visto en España. Te dabas cuenta qué había un nivel que por aquel entonces no teníamos en España. Recuerdo grandes momentos con Guillermo del Toro y a pesar de que mi participación es muy pequeña, celebro el gran respecto con el que Guillermo nos trataba a todos y su saber estar en su rodaje. Una experiencia de lo que es un actor de Hollywood, recuerdo que había una roulotte incluso con mi nombre.

Y proyectos…

Proyectos a corto plazo intentar poner un poco de tierra de por medio entre Mauricio y yo a base de actividades que en principio no tengan que ver con la interpretación. Hay una obra de teatro en el horizonte de finales de año y tengo pendientes dos campañas de publicidad como locutor.

Y unas preguntas casi obligadas: ¿Dónde te pilló el confinamiento?

Esta situación me pillo en mi casa.

¿Cómo lo has llevado?

El confinamiento ha sido pesado, en un inicio empecé con las ganas y disciplina de un parón que parecía ser corto, pero a medida que se iban alargando los estados de alarma uno va notando el peso de los días y comienza a ser más dura la situación, pero en todo caso, resistiendo.

¿Cómo vas a retomar la vida normal, o no va a ser tan normal como antes?

Creo que con un poco de paciencia tenemos que volver a la fase -1. Reconozco que va a ser muy difícil porque en el ánimo de todos se ha instalado cierto temor y una prudencia excesiva. Creo que poco a poco tenemos que hacer todo un trabajo de empatía hacia la vida y volver a sentirnos como antes. Pienso que sería muy difícil vivir en una sociedad en la que no tengamos confianza los unos en los otros. Espero que paulatinamente todos nos vayamos reencontrando con nosotros mismos y mirar al futuro con valor y energía y con el deseo de un mundo mejor.

¿Qué temas te ha interrumpido o anulado esta crisis?

Lo que interrumpió esta crisis fue la forma en la que acabó ‘El Secreto de Puente Viejo’, no tener tiempo para despedirte de tus compañeros como se suele hacer y más en este caso, después de tantos años. La salida del plató fue algo angustiosa, estábamos esperando a que compareciera Pedro Sánchez para decretar el estado de alarma, con la angustia de no saber si podríamos volver al plató.

Algo que también ha interrumpido, es el rodaje de la película “Chavalas” de Carol Rodríguez, me quedan 4 o 5 días de grabación. Y también ha parado temas cotidianos y familiares.

El deseo de volver a la normalidad, a la fase -1 sigue pendiente. Si ahora mismo abriera un bar le llamaría Fase -1, ese sería el mayor homenaje a la vida que teníamos y donde me gustaría volver.

Solo podemos decir que así sea o casi sea…

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