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El hotel de lujo Villa Le Blanc en la idílica isla de Menorca reabre sus puertas
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El hotel de lujo Villa Le Blanc en la idílica isla de Menorca reabre sus puertas

miércoles 10 de mayo de 2023, 08:42h

Relajada, con estilo y sumamente bella: el interés de Menorca en todo el mundo es tan elevado como lo es la energía y la apuesta por el diseño y la sostenibilidad del hotel Villa Le Blanc. Situado en la misma playa de Santo Tomás, el resort 5 estrellas Gran Lujo de la marca Gran Meliá, miembro del prestigioso sello Leading Hotels of the World, inicia su segunda temporada respaldado por ser el hotel más exclusivo de la isla.

No en vano, además de las suites con piscina privada, la infinity pool sobre el mar, la propuesta gastronómica de S'Amarador o Cru, del restaurador Joan Canals, Villa Le Blanc cautiva a todo el mundo por su elegancia, sencillez y la capacidad de ser un hotel que sumerge al viajero en una experiencia inmersiva menorquina única.

Entre las playas de Sant Adeodat, Binicodrell y Talis, el hotel Villa Le Blanc se erige en un entorno natural idílico de la costa de Migjorn al sur, a medio camino entre Mahón y Ciutadella. Un enclave costero ideal para descubrir todos los atractivos culturales y naturales de Menorca como son la Catedral-Basílica de Santa María, el Fuerte Marlborough o la galería de arte Hauser & Wirth en Illa del Rei.

Declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1993, Menorca es mar, pesca y el punto más al Este bañado por los primeros rayos del sol, pero también es un paisaje de campos y caminos rurales, salpicados de masías de colores tierra. Como ocurre con las casas de la isla, siempre orientadas al sur, Villa Le Blanc es un homenaje a la auténtica Menorca de antaño, pero llevado a un hotel de lujo de ahora.

De la estructura regia de los palacios y casas señoriales del centro histórico de Ciutadella, el hotel replica una arquitectura basada en arcos y soportales mediterráneos. En el interior presenta toda una explosión en equilibrio de materiales como la piedra, maderas, muebles a medida, telas ligeras, linos y orfebrería popular hecha por artesanos locales que salpican de color los espacios comunes mientras que las piezas de arte adornan paredes y estancias. El proyecto liderado por el arquitecto Álvaro Sans y por su hija Adriana Sans, del estudio ASAH, combina un diseño contemporáneo envuelto en sencillez y detalles.

"Con una mirada técnica, rescatamos la tradición de las tejas, que en Menorca se han utilizado a lo largo de los tiempos pensando en los inviernos lluviosos y que, tradicionalmente, se pintaban de blanco para repeler el calor en verano", explican Álvaro y Adriana Sans.

Así, este estilo con guiños a la artesanía local se mezcla con las líneas geométricas siempre mirando al Mediterráneo. Con protagonismo de los colores blanco y azul, los espacios se entrelazan uniendo el exterior con el interior. La piscina principal funciona como el corazón del hotel en el centro de un gran patio que rodeado de verde y palmeras, sale directamente a la arena de la playa. En la última planta, la piscina infinity de la terraza del área de Red Level,

Con todo esto, Villa Le Blanc Gran Meliá suma un total de 159 habitaciones, de las cuales 46 son de categoría Premium, 68 Supreme y 43 son Suites. Tanto la Penthouse, como la Master Swim Up, o la Presidential Suite, ofrecen todo un abanico de lujosas comodidades, entre las que se encuentran vistas privilegiadas al mar, que se pueden disfrutar desde sus balcones y desde la piscina privada de la habitación.

Unido al proyecto de Álvaro y Adriana Sans para dar forma a exteriores e interiores de Villa Le Blanc, se encuentra el trabajo paisajístico desarrollado por Alfonso Pérez-Ventana, experto en jardinería formado en el Real Jardín Botánico de Madrid. El objetivo perseguido es reivindicar la naturaleza endémica de Menorca, a través de su rica vegetación y flora. El omnipresente olivo, junto con los granados, el ciprés y arbustos y plantas de menor tamaño como el hipérico balear, la siempreviva y la lavanda rizada, dan forma a este espectacular telón de fondo botánico, que complementa el marcado carácter mediterráneo del hotel.

Además, el paisajismo tiene muy en cuenta los recursos limitados de la isla. De este modo, se incide en el compromiso de Meliá Hotels International con la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático, apostando por el uso de especies autóctonas no invasoras que no alteren el frágil equilibrio de Menorca.

En el plano gastronómico, el hotel es todo un homenaje al producto balear, con una cocina exquisita a base de materias primas de la isla en sus distintos restaurantes.

El restaurante menorquín S'Amarador es todo un referente en Ciutadella, dicen de él que está en el pódium de la cocina marinera de la isla. Conocido por su bodega con más de cien referencias y por trabajar con el mejor producto local para dar forma a sus deliciosos arroces, calderetas de langosta (160?/kg) y los pescados más frescos de la lonja, con especial atención a la reina del mar balear: la langosta roja de Menorca, que es uno de los puntos clave culinarios del hotel.

Situado en la planta baja del hotel y en la terraza central mirando al mar, el restaurante S'Amarador ofrece un homenaje a la cocina de su restaurante madre en el nuevo Villa Le Blanc. Preservando y adaptando la tradición de las antiguas fondas de pescadores que tiempo atrás se ubicaban en toda la zona portuaria.

Por otro lado, CRU Raw Bar & Cocktails es un homenaje a la riqueza gastronómica de la isla, a la tradición pesquera menorquina y al mundo de la mixología desde un punto natural, donde los aromas ganan terreno gracias a la utilización de hierbas como el tomillo, la albahaca o la lavanda. Un concepto creado por Joan Canals para el hotel, cuya filosofía "del mar a la mesa" refleja la personalidad del emblemático restaurante Ulisses, ubicado en el mercado de Ciutadella. Bocados crudos que van desde sabores marinos a través de su flora y fauna como pescados, ostras, mariscos, ortigas, pasando por productos de la tierra como preciados quesos mahoneses D.O.P.

Canals se desenvuelve a la perfección integrando todo ello con ejecuciones contemporáneas. Esto da como resultado platos como el taco de ventresca de atún rojo con espinacas y piñones tostados o el salmonete de roca soasado, caramelo de sus espinas, salmorejo picante y alioli de lima, toda una declaración de intenciones que redefine la cocina hacia un genuino nuevo universo gastro menorquín.

El universo culinario de Villa Le Blanc se completa con NIVI. El restaurante (all day dining) ofrece al comensal una experiencia basada en las materias primas de primera calidad elaboradas, en su mayoría, a la brasa y en horno Josper. NIVI, además, es el lugar para comenzar el día y el breakfast by Eva Hausmann propone un desayuno diseñado por la estilista gastronómica con la mejor selección de producto local. Dentro del suculento menú para el día y la noche propuesto, carnes, pescados, conchas y verduras braseadas con carbón de la isla, así como pizzas y arroces. La propuesta se cierra con las tradicionales cocas, confitadas con higos y cebolla, con queso mahonés y anchoas o de setas y verduras gratinadas.

En el lado de la armonía y el bienestar, el hotel se convierte en todo un templo del cuidado y la belleza junto a Thai Room. La firma ofrece una amplia gama de lujosos masajes y tratamientos ofrecidos por terapeutas nativos tailandeses, además de ofrecer un completo circuito de spa, con piscina dinámica, bañera de hidromasajes.

Asimismo, el hotel Villa Le Blanc cuenta con amenities en habitaciones de los perfumistas artesanos Carner Barcelona. Productos de tocador, baño y lociones de cuerpo fabricadas con los mejores ingredientes y materias primas respetuosas con el ecosistema.Una experiencia para los sentidos que conecta con el esplendor y atractivo mediterráneo.

Por su parte, con el proyecto de "Artistas en residencia", de nuevo la marca Gran Meliá realiza un viaje apasionante por la cultura, creando todo un homenajea al arte y costumbres locales. Cerámicas, artesanía tradicional, esculturas en cristal y antigüedades, la decoración está bellamente dispuesta con piezas de madera antigua mallorquina del anticuario 'Port', así como con esculturas de artistas de la talla de Nuria Román, Blanca Madruga y objetos de vidrio soplado de Marta Armengol, con sus formas orgánicas, o de la familia Gordiola de Mallorca. La recepción cuenta con obras de Rosario de Menorca: sus caballos de cerámica, las peculiares manos de colores y distintas figuras crean un entorno cálido. Uno de los elementos más característicos y mediterráneos que se repiten son los arcos y las hornacinas, engalanadas con demonios de carita traviesa creados por los artesanos Pere y Gabi Ignasi. El hotel cuenta, además, con la galería Arcs donde se pueden adquirir piezas de Pere y Gabi Ignasi, Nuria Román y Rosario, entre otros.

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