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La Reina Isabel II de Inglaterra vivió en Malta sus últimos años como princesa
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La Reina Isabel II de Inglaterra vivió en Malta sus últimos años como princesa

lunes 11 de septiembre de 2023, 08:15h

El 8 de septiembre de 2022 es una fecha que ha quedado grabada en la historia como el día en que Reino Unido perdió a una figura icónica que trascendió las fronteras y las generaciones: la Reina Isabel II. Y es que, después de 70 años en el trono y el récord de la mujer que más tiempo ha reinado en la historia del país, su fallecimiento marcó el final de una nueva era que comenzó cuando Isabel II se convirtió en monarca con tan solo 25 años.

Su vida estuvo llena de momentos memorables y logros trascendentales. Sin embargo, entre los recuerdos más vívidos que emergen hoy, celebrando el aniversario de su muerte, está el capítulo que vivió en la pintoresca isla de Malta. Fue allí, entre las famosas cabinas de teléfono, los buzones rojos, y los coches que conducen por la izquierda, donde Isabel II encontró el único hogar fuera de Gran Bretaña antes de su ascenso el trono en el año 1952.

La vida de la Reina Isabel II en Malta

Junto a Felipe de Edimburgo, la Reina de Inglaterra vivió en Malta entre 1949 y 1951, mientras el duque servía en el HMS Chequers con la Flota del Mediterráneo. Pasaron sus primeros años de casados en Villa Guardamangia, una mansión palaciega en La Valletta.

Allí disfrutaban de fiestas, picnics y viajes en barco, e Isabel II pudo incluso ir a la peluquería por primera vez en su vida. Para la reina, Malta era un lugar muy especial donde recordaba días felices con su marido. Regresó en múltiples ocasiones y eligió el país al que se sentía tan ligada para celebrar el 60 aniversario de su boda en 2007.

La magia de este lugar presente en cada rincón de la ciudad fue sin duda el ingrediente principal de una idílica luna de miel. Colores con tonos arcillosos, edificios decorados con preciosas ventanas, contraventanas y puertas de colores, calles empinadas o aceras escalonadas hicieron de Malta el escenario romántico perfecto. Pero, además, fue un lugar muy querido por el matrimonio porque les ofreció una experiencia de vida relativamente común.

Los atractivos malteses que encandilaron a los príncipes

Recorrer La Valletta y descubrir sus estrechas pero encantadoras calles, visitar La Concatedral de San Juan o admirar las espectaculares vistas desde los Upper Barraka Gardens, son solo algunas de las opciones que la capital maltesa pudo ofrecer a los príncipes durante sus años de estancia en la isla.

Además, navegar hacia las hermanas menores de Malta, Gozo y Comino, permitía a la pareja disfrutar de románticos paseos impregnados de la suave brisa marina y el relajante aroma del mar, mientras descubrían restos prehistóricos, antiguas instalaciones militares y capillas centenarias en los acantilados.

Por otro lado, la gastronomía maltesa, una de las más ricas y con mayor influencia cultural gracias a las numerosas civilizaciones que ocuparon la isla a lo largo de los siglos, tampoco pasaba desapercibida. Desde los pastizzi (hojaldres dulces rellenos de carne, espinacas o queso ricota) o el famoso pan maltés relleno de atún, pasta de tomate y albahaca, cada receta se convertía en una auténtica delicia.

No cabe duda de que esta joya del Mediterráneo se convirtió en el refugio ideal para la pareja real en aquel entonces. La belleza de las islas, su tranquilidad, y el hecho de que ofrecieran un respiro de la atención mediática, fueron elementos que pudieron disfrutar con creces y que hicieron de Malta un lugar de lo más especial para Isabel II.

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