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Castora Herz lanza el videoclip de Espejo, sol y luna, rodado en la montaña palentina
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Castora Herz lanza el videoclip de Espejo, sol y luna, rodado en la montaña palentina

jueves 07 de agosto de 2025, 09:10h

Espejo, sol y luna es una obra audiovisual que combina mitología, crítica contemporánea y sensibilidad poética. Una historia sobre pérdida, memoria y resistencia que propone un futuro donde la tecnología y la raíz no tienen por qué excluirse.

El pasado mes de junio, el artista palentino Castora Herz publicó la canción Espejo Sol y Luna”, editada desde su propio sello discográfico Samain Music. La canción basada en la copla homónima y el compás de Ajechao, uno de los ritmos tradicionales más representativos del pequeño pueblo de Peñaparda, tocado con un pandero cuadrado golpeado con porra, como es la manera tradicional de tocar en este bello lugar al extremo suroeste de la provincia de Salamanca.

Y ahora lanza el consabido videoclip realizado por la productora vallisoletana Moraleja Films y dirigido por Enrique García-Vázquez, “Espejo, sol y luna” cuya historia transcurre en un mundo fantástico donde las fuerzas rurales y las industriales están en tensión permanente. Un niño y una niña juegan en libertad hasta que algo extraño, algo que no se ve, una criatura ancestral y tecnológica —un espíritu turbado por el uso indiscriminado de la tecnología— se lleva al niño.

Esta desaparición funciona como metáfora de la despoblación: el éxodo rural provocado por la concentración del trabajo y la industria en las ciudades.

Con el paso del tiempo, la niña se convierte en mujer…

Representa a quienes resisten en el mundo rural sin renunciar a la modernidad. Guiada por un halo de luz azul, inicia un descenso hasta los confines de la tierra para enfrentarse a la criatura y rescatar a su amigo. En ese viaje aparece como presencia mediadora y símbolo de armonía entre dos mundos enfrentados, Castora Herz, aparece en la historia como una figura clave: símbolo del equilibrio entre la tradición y la tecnología. Su música —que fusiona folk y electrónica— no solo acompaña el relato, sino que encarna su mensaje central.

El videoclip ha sido rodado entre Vallejo de Orbó y Barruelo de Santullán, en la provincia de Palencia, subrayando el arraigo del artista con este territorio. Además, la pieza incorpora referencias visuales y simbólicas a Peñaparda (Salamanca), lugar de origen del ajechao, mediante elementos como el pañuelo tradicional, el botón charro y el pandero cuadrado.

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