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Un verano de historias que se comen, se cantan y se brindan en Forno da Telha
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Un verano de historias que se comen, se cantan y se brindan en Forno da Telha

jueves 14 de agosto de 2025, 08:59h

Entre Lisboa y la frontera española—apenas una hora desde la capital lusa y poco más de un par de horas desde Badajoz o Sevilla—se esconde Forno da Telha, un restaurante ubicado en Évora que celebra la essência alentejana con un cartel de verano que habla el lenguaje de la tradición y el placer slow: fado bajo las estrellas, cante alentejano que pone banda sonora a las noches de agosto, cócteles junto a la piscina y almuerzos de domingo en familia. Todo en un mismo escenario, una antigua fábrica de tejas cuyo concepto culinario lleva la firma del chef Miguel Rocha Vieira.

Domingos de almuerzo en familia. El día sagrado de la sobremesa

Desde el 22 de junio, los domingos en familia empiezan con el olor del horno de leña y terminan flotando en la piscina de Forno da Telha. A las 12:30 h suena la campana y la mesa se llena de recetas que cambian según dicta la huerta y el alma alentejana. Después, la tarde se estira entre tumbonas, sangría y risas de niños que juegan en un club infantil con actividades lúdicas, un buffet propio y pinturas faciales, pensado para que los adultos olviden el reloj.

Y si la visita ocurre entre semana, el restaurante propone su mejor menú de Mediodía que resume la esencia de la región en tres bocados y una copa de vinho de talha.

Sábados de Sunset · La hora mágica sobre los olivos

Cuando el reloj roza las dos de la tarde, un DJ empieza a tejer hilos sonoros que se mecen con la brisa. El cielo de Évora pasa del añil al cobre y cada cóctel parece capturar un matiz del atardecer. No hay itinerario: solo el pulso del verano latiendo cada sábado, de 14:00 a 20:00 h, hasta el 6 de septiembre.

22 de agosto · Cante Alentejano, la voz de la tierra (20:30 h – 21:30 h)

Fuera de los templos y las plazas, el Alentejo canta para que el campo no se quede mudo. El Cante Alentejano, inscrito por la UNESCO en 2014 como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, es un canto coral sin instrumentos: voces que se superponen como surcos recién labrados y cuentan historias de cosechas, amores y noches a la intemperie. Tres cantadores llegarán para que esa polifonía ancestral resuene entre los olivos de Forno da Telha y recuerde a todos que la cultura también se cultiva, se riega y se comparte.

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