www.inoutviajes.com
New York Ninja, película de 1984 que ha tardado 35 años en ver la luz, inaugura CutreCon
Ampliar

New York Ninja, película de 1984 que ha tardado 35 años en ver la luz, inaugura CutreCon

lunes 14 de febrero de 2022, 10:48h

La undécima edición de CutreCon, Festival Internacional de Cine Cutre de Madrid, se inaugura por todo lo alto con el estreno en España de ‘New York Ninja’ (1984), el miércoles 23 de febrero a las 21:00 horas en la emblemática Cineteca Madrid (Plaza de Legazpi, 8, Matadero Madrid). La película es, literalmente, una joya arqueológica rescatada de las catacumbas cinematográficas por la distribuidora estadounidense Vinegar Syndrome, que a partir del negativo original ha finalizado la posproducción del filme casi 40 años después restaurando la imagen, añadiendo el sonido y doblando a los actores originales con las voces de otros intérpretes.

Y es que ‘New York Ninja’, escrita y dirigida por el actor taiwanés John Liu (un imitador de Bruce Lee sin un ápice del talento de este), detuvo su producción repentinamente y, con prácticamente todas las escenas rodadas, se perdieron el guion, los storyboards y los materiales de sonido original, quedando solo el negativo en 35 mm.

Devolverla a la vida tantos años después parecía, pues, una empresa casi imposible, hasta que la productora y distribuidora Vinegar Syndrome decidió que no podía privar al mundo de ver semejante joya de lo cutre, por lo que completó la posproducción de la película restaurando la imagen en 4K, añadiendo la música y el sonido y, lo que es más importante, reconstruyendo los inaudibles diálogos (con expertos en lectura labial) y sustituyendo las voces de los actores por las de otros intérpretes conocidos en el cine de acción y artes marciales (y estrellas de videoclub) como la mítica Cynthia Rothrock (China O'Brien), Don “The Dragon” Wilson (Bloodfist) o Michael Berryman (Las Colinas Tienen Ojos).

El resultado es una desternillante comedia involuntaria repleta de absurdas peleas y ninjas de andar por casa combatiendo en plena Nueva York, que no debe tomarse nada en serio y que permitirá a los espectadores de CutreCon contemplar finalmente la primera y única película de John Liu rodada en Estados Unidos.

SOBRE JOHN LIU

Conocer a John Liu (Taiwan, 1944) es conocer probablemente a uno de los personajes más enigmáticos, impresentables e inmorales de la historia del cine. Liu, cuya biografía no está del todo clara, era un luchador de kung fu que durante los años 70 comenzó a rodar en Taiwán cintas de artes marciales de bajo presupuesto a raíz del éxito meteórico de Bruce Lee.

No obstante, Liu nunca llegó a triunfar a nivel internacional, quedando como un imitador de poca monta de Lee (aunque iba diciendo que era su amigo), carente de todo talento y carisma, pero al que desde luego no se le puede achacar su tenacidad a la hora de buscar el éxito.

Tras rodar en su país de origen, desembarcó en Europa, concretamente en París, donde rodó, Liu in Paris (1981), hasta que abandonó la capital francesa por asuntos que no están del todo claros. Sin embargo, la reciente España democrática le abrió las puertas de par en par y Liu, quien decía ser príncipe de un remoto país asiático, consiguió rodar en Canarias ‘Dragon Blood: Liu in Mexico’ (1982) escrita y dirigida por él mismo, y la que es sin duda su “obra maestra” ‘Made in China’ (1982).

La película, una coproducción entre Hong Kong y España (Liu engatusó a varios productores españoles para que le financiaran su engendro), es un trampantojo en el que aprovecha material de otros filmes no acabados para unirlos al nuevo metraje, que da como resultado una trama en la que solo queda claro que John Liu se enfrenta a la CIA, que está desarrollando una peligrosa arma de control mental. Por el camino pega patadas, seduce a bellas mujeres y se ríe de los discapacitados.

Rodada íntegramente en la Costa Brava, aunque ambientada en Zambia o Francia, en los rótulos de las calles podemos leer “Carnicería María” o “Cerámicas Ana”, quedando patente la falta de vergüenza de su creador. Sin embargo, el momento álgido del filme es sin duda su desenlace, en el que es quizá el plano más infame, inmoral y cuasidelictivo de la historia del cine.

Durante el rodaje de la escena final, el equipo se encontraba cerca de un aeródromo debido a que estaban grabando planos con helicópteros y avionetas. En ese momento, uno de los aparatos, que pilotaban unos turistas alemanes, sufrió un accidente. Antes de que los servicios médicos llegaran al lugar, Liu ordenó al equipo llevar la cámara hasta la avioneta siniestrada y filmar un plano en el que se ven los cadáveres calcinados de las víctimas, y que este insertó en el montaje final, si bien durante la película una voz en off nos recuerda que “el equipo les rinde sus máximos respetos”.

Vista la catadura moral del personaje, no sorprenderá descubrir que poco tiempo después fue acusado de participar en una red de trata de blancas, por lo que acabó recluido en una cárcel de Zaragoza. Tras salir de prisión (hay rumores que dicen que escapó durante un permiso), su paradero actual parece ser Vietnam, donde residiría en una cabaña en la selva aislado del mundo, sin Internet ni teléfono.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios