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Rui Ventura: el desafío de un turismo ibérico compartido
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Rui Ventura: el desafío de un turismo ibérico compartido

Con una dilatada trayectoria vinculada a la promoción turística y al desarrollo regional, Rui Ventura se ha consolidado como uno de los grandes impulsores del turismo en Portugal.

Es el actual presidente de la Comisión Ejecutiva de Turismo Centro de Portugal. Ventura ha trabajado durante años en la planificación estratégica, la dinamización de proyectos turísticos y la proyección internacional de esta región que abarca desde ciudades históricas hasta paisajes naturales únicos. Su experiencia en la gestión pública y su visión innovadora han sido clave para posicionar al Centro de Portugal como un referente en sostenibilidad, diversificación de la oferta y atracción de nuevos mercados.

Es una iniciativa fundamental porque elimina fronteras físicas sin borrar la esencia de cada pueblo

INOUTVIAJES conversó con él sobre ‘Tres regiones, dos países y un solo corazón’. Bajo este lema nace una ambiciosa estrategia turística que une a Extremadura con las regiones portuguesas del Centro y el Alentejo, territorios que comparten frontera, historia y una riqueza cultural y natural difícil de igualar. Esta alianza transfronteriza busca trascender los límites geográficos para presentarse como un destino único, diverso y sostenible, capaz de conquistar tanto al viajero ibérico como a los mercados europeos más exigentes. Paisajes de dehesa y viñedos, ciudades patrimoniales, rutas gastronómicas y experiencias auténticas son la carta de presentación de una propuesta que aspira a fortalecer esta identidad compartida y potenciar el desarrollo económico y turístico de ambos lados de la Raya (la frontera entre España y Portugal).

En esta entrevista, nos revela los desafíos a los que se enfrenta el sector turístico, las estrategias que marcarán el futuro y las oportunidades que aún quedan por explorar.

¿Cómo nace este proyecto que une a Extremadura con el Centro y el Alentejo portugués?

Este proyecto comenzó hace ya una década. Yo mismo lo he acompañado de cerca, primero como alcalde de Pinhel en la frontera y ahora como presidente de la Comisión Ejecutiva de Turismo del Centro de Portugal. Es una iniciativa fundamental porque elimina fronteras físicas sin borrar la esencia de cada pueblo, favoreciendo el intercambio cultural y el conocimiento mutuo. Se trata de crear una gran plataforma ibérica que no solo beneficie a quienes vivimos aquí, sino que también atraiga visitantes y genere un verdadero centro de atracción turística.

¿Qué es lo que más puede seducir al viajero en esta propuesta?

Contamos con una gastronomía excepcional en las tres regiones, cada una con sus propios productos y particularidades. A veces compartimos los mismos ingredientes, pero la forma de elaborarlos es distinta, y esa diversidad es precisamente la riqueza que busca el viajero. Un mismo producto puede ofrecer experiencias completamente diferentes en Portugal, Extremadura o el Alentejo, gracias al toque de cada chef.

Pero no solo hablamos de gastronomía: tenemos un patrimonio reconocido por la UNESCO, vinos de gran calidad, naturaleza y destinos que, aunque similares, ofrecen matices únicos. Por eso considero que uno de los grandes retos es impulsar un pasaporte ibérico de enoturismo, una iniciativa que he propuesto a Extremadura y al Alentejo para que las tres regiones la desarrollemos conjuntamente.

Contamos con una gastronomía excepcional en las tres regiones, cada una con sus propios productos y particularidades

La idea es sencilla: al igual que en el Camino de Santiago, los viajeros adquirirían un pasaporte, irían sellándolo en bodegas, hoteles y pueblos a lo largo de la ruta, y eso generaría un recorrido con un enorme potencial económico para las comunidades locales. Esta es una de las claves para dinamizar la región y atraer más turismo.

¿Ese pasaporte ibérico sería el próximo gran paso?

Exactamente. Esta es la gran meta que nos hemos propuesto para 2026. Pero no es solo un reto político; necesitamos la implicación de los empresarios, de las asociaciones y de las comunidades que trabajan los productos locales. Este proyecto debe servir para avanzar juntos y convertir nuestras regiones en un referente internacional de enoturismo.

¿Sería una especie de Camino de Santiago, pero en este caso un Camino Ibérico?

Exactamente. Sería un Camino Ibérico de enoturismo, donde los viajeros recorrerían bodegas, hoteles especializados y enclaves definidos por cada región, obteniendo un sello en cada parada. Estamos hablando de una propuesta única en el mundo, porque actualmente no existe un pasaporte ibérico de este tipo.

Y su significado va más allá del turismo: simboliza lo que estamos transmitiendo aquí, “dos países y un corazón”, con un pasaporte común que une a las tres regiones y crea una experiencia compartida que refuerza la identidad y dinamiza la economía local.

¿Esto ha sido un primer paso o ya ha habido iniciativas anteriores?

Hubo presentaciones y acciones hace diez años, pero para mí esto representa el próximo gran desafío, especialmente de cara a 2026. No se trata sólo de un reto para las tres regiones, sino también para los empresarios. Debemos dejar de enfocarnos únicamente en lo político y pensar en las comunidades y en quienes producen y aportan al proyecto.

Y su significado va más allá del turismo: simboliza lo que estamos transmitiendo aquí ‘dos países y un corazón’

La idea es que sea un proyecto que impulse el desarrollo regional, que haga avanzar a cada territorio, y personalmente estoy muy motivado porque ofrece una forma distinta de ver y conectar estas tres regiones.

¿Cuándo podremos empezar a ver los primeros resultados?

Ya hemos lanzado la idea y, junto a mi homólogo del Alentejo, comenzaremos a trabajar con los equipos técnicos. Nuestro siguiente paso es reunir a las asociaciones y a los empresarios para dar forma al proyecto y diseñar el itinerario.

Y en estas tres regiones, ¿qué diferencias y qué similitudes existen?

Naturalmente, hay algunas diferencias, pero no son muy significativas. Nuestra cultura es muy similar, sobre todo en la zona de la frontera, “La Raya”. La gastronomía, las tradiciones y la forma de vida son muy parecidas, y por eso tiene sentido trabajar como una sola región y presentar a Europa una región ibérica unida, con identidad común.

De hecho, pienso aún más allá: el centro de Portugal representa el 33% del territorio nacional y quería incorporar también a Castilla y León, porque considero importante su presencia en esta plataforma. La idea es unir toda la región, y por eso daremos el primer paso para consolidar así un proyecto de cuatro regiones, dos países y un corazón.

Rui Ventura habla de este plan como un modo de construir un espacio que trascienda fronteras, una cultura, gastronomía, naturaleza y economía local. Su objetivo no es solo atraer turismo, sino generar oportunidades para las comunidades y empresarios de las regiones implicadas. Con este proyecto, las tres —y próximamente cuatro— regiones ibéricas se consolidan como un corazón compartido, donde tradición e innovación se combinan para crear una experiencia única y de gran impacto, tanto cultural como económico.

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