“Sfogato” hace referencia al tipo de soprano, es decir, una voz con ciertas cualidades excepcionales, y enorme amplitud en su registro vocal.
Personajes y Reparto
María (la persona detrás de la diva): interpretada por Mabel del Pozo o Lola Baldrich.
Bruna, su ama de llaves, su confidente: Anabel Maurín.
Callas (la diva): Eva Marco.
Acompañada al piano por Natasha Belenova.
EN EL TEATRO AMAYA POR TRES ÚNICAS SEMANAS HASTA EL 12 DE OCTUBRE
Argumento
La obra se sitúa en los últimos momentos de María Callas, en su residencia de París, en un día en que se siente exhausta, a la espera, rodeada por la prensa que está fuera, sin muchas esperanzas.
En ese ambiente de silencio, aislamiento y tensión, Callas repasa momentos de su vida: sus orígenes, sus triunfos artísticos, su matrimonio con Giovanni Battista Meneghini, su relación con Aristóteles Onassis, su carrera junto a Giuseppe di Stefano, etc.
También se aborda la dualidad entre María (la persona privada) y Callas (la figura pública, la soprano sfogato), con la acompañamiento íntimo de Bruna, su ama de llaves.
Música
Algunas de las piezas líricas incluidas, interpretadas en directo por Eva Marco al canto y Natasha Belenova al piano, son:
O mio babbino caro (Puccini, Gianni Schicchi)
Vissi d’arte (Tosca, Puccini)
Habanera (Carmen, Bizet)
Adieu, notre petite table (Manon, Massenet)
Mon coeur s’ouvre à ta voix (Samson et Dalila, Saint-Saëns)
Casta Diva (Norma, Bellini)
Estas piezas sirven como puntos de reflexión, memoria, evocación o contraste con la vida de Callas.
Fechas: desde el 23 de septiembre hasta el 12 de octubre.
Duración: Unos 80 minutos sin descanso
Qué funciona bien en la obra:
La obra consigue lo que promete: un retrato íntimo de Maria Callas como ser humano, no sólo como mito. Esa dualidad entre María y Callas está bien trabajada, y evita la idealización exagerada.
Las tres intérpretes – el día que INOUT VIAJES asistió al espectáculo- (Mabel del Pozo como María, Eva Marco como Callas, Anabel Maurín como Bruna) aportan credibilidad emocional. Especialmente la voz – tanto en la parte lírica como en los momentos conversacionales – sirve para mantener el tono.
La música en directo siempre aporta una dimensión especial, de inmediatez, de vulnerabilidad. Que se escuchen las arias más emblemáticas en directo da un plus emocional difícil de igualar.
La puesta en escena, iluminación y vestuario parecen haber sido pensados con cierto cuidado, para no distraer, sino para acompañar: momentos de silencio, de recuerdo, crean atmósfera.
El ritmo es apropiado: la duración (unos 80 minutos, sin descanso) ayuda a mantener la tensión dramática, sin que decaiga.
Los posibles riesgos:
A veces, en este tipo de retratos íntimos, hay el peligro de caer en la melancolía excesiva o en la nostalgia, perdiendo algún momento de dinamismo.
En algunos tramos el contraste entre lo lírico y lo dramático puede hacer que el público menos familiarizado con la ópera sienta distancia, si no conoce los fragmentos o su peso. Es un riesgo inherente del género.
También la economía escénica, si bien favorece la intimidad, puede sentirse algo minimalista por momentos. Si alguien espera un montaje operístico grandioso, puede decepcionarle; pero eso no pareceser la intención de la obra.
Conclusión
En general, María Callas, Sfogato parece un espectáculo muy logrado dentro de lo que pretende: ser un homenaje humano, sentido, equilibrado, que conmueva sin caer en lo efectista ni lo folclórico.
Si estuviera recomendando a alguien si vale la pena verla, diría que sí: especialmente si te interesa la voz, la ópera, los personajes complejos, los momentos reflexivos. No apta tanto para quien busca espectáculo puro, luces y montaje espectacular, sino más bien para quien disfruta de la emoción, del drama íntimo.