El Gran Hotel Brillante, en San Esteban de Pravia, revive la memoria de la antigua pensión “El Brillante”, que acogió a figuras como Rubén Darío o Joaquín Sorolla a principios del siglo XX. Hoy, combina historia, confort y encanto marinero en uno de los enclaves más auténticos de la costa asturiana.
Entre la bravura del mar Cantábrico y la tranquilidad del puerto de San Esteban se levanta el Gran Hotel Brillante, un edificio que guarda en sus muros más de un siglo de vida. A comienzos del siglo XX, este albergó lo que fue la mítica pensión “El Brillante”, punto de encuentro de viajeros, artistas y escritores que encontraban en San Esteban un refugio sereno frente al mar.
Entre sus huéspedes más ilustres destacan Rubén Darío y Joaquín Sorolla, atraídos por la inspiración del paisaje asturiano y la atmósfera vibrante de la Belle Époque. Aquellos años convirtieron a la localidad en un pequeño epicentro cultural de la costa norte, donde el arte y la palabra se encontraban frente al horizonte atlántico.
El alma de la Belle Époque en clave contemporánea
Hoy, el Gran Hotel Brillante mantiene viva esa esencia. Su restauración ha respetado la elegancia y el carácter de la casa original, integrando elementos contemporáneos que invitan al descanso y al disfrute del entorno. Cada habitación es un pequeño homenaje a la historia del edificio, a su luz natural y al mar que se cuela por las ventanas.
“El Gran Hotel Brillante no solo es un lugar para alojarse, sino una experiencia. Queremos que cada huésped sienta que está viviendo una parte de la historia de San Esteban, respirando la misma calma y belleza que inspiró a los artistas de entonces”, explica Fernando Artime, director del Gran Hotel Brillante.
Entre el puerto y las casas indianas
Con 14 habitaciones y suites, el hotel ofrece una estancia íntima y personalizada, en la que la hospitalidad se une a la autenticidad del entorno.
Su ubicación, frente al puerto y a pocos metros de las antiguas casas indianas, permite disfrutar del encanto de un pueblo marinero declarado Conjunto Histórico, así como de los paisajes naturales del estuario del Nalón, uno de los más singulares de Asturias.
Gastronomía con alma asturiana
La experiencia del hotel se completa con su propuesta gastronómica, que rinde homenaje a la tradición asturiana desde una mirada contemporánea. En su restaurante se pueden degustar productos locales, recetas del mar y platos que celebran la materia prima del entorno: pescados recién llegados del puerto, quesos artesanales y postres caseros que evocan los sabores de siempre. Un viaje sensorial que conecta pasado y presente a través del gusto y la memoria.
El brillo que perdura en la costa asturiana
A solo 40 minutos de Oviedo y Gijón, Gran Hotel Brillante es hoy un refugio contemporáneo con alma histórica, donde el viajero puede saborear el paso del tiempo, la buena mesa y la serenidad del norte.
Un lugar donde el pasado y el presente se dan la mano, y donde el brillo de aquella pensión centenaria sigue iluminando la costa asturiana.