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Palma en otoño, ruta por su arquitectura gótica
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Palma en otoño, ruta por su arquitectura gótica

viernes 21 de noviembre de 2025, 09:30h

La capital balear invita esta temporada a recorrer su esencia más monumental a través de un legado arquitectónico que une historia, arte y Mediterráneo, con joyas arquitectónicas como la Catedral de Mallorca, la Lonja o el Castillo de Bellver.

El otoño es, sin duda, una de las estaciones más especiales para recorrer Palma. Con temperaturas suaves, una luz dorada que realza las fachadas y un ritmo más pausado, la ciudad se convierte en el escenario ideal para dejarse envolver por su patrimonio gótico, uno de los más importantes y mejor conservados del Mediterráneo.

Aún se conservan casas señoriales, patios, trazados de calles y emplazamientos tan cargados de historia como la Calle Sant Miquel o las edificaciones religiosas de Santa Clara; aunque es la Catedral de Mallorca su gran referente. Es así como el recorrido por la Palma gótica debe comenzar frente al mar, en la popularmente conocida como La Seu.

Majestuosa y luminosa, esta obra maestra del gótico mediterráneo domina la bahía como un faro espiritual y artístico, definiendo el skyline de la ciudad. Su interior sorprende con la intervención modernista de Antoni Gaudí, que reinterpretó la liturgia del espacio a principios del siglo XX, y la espectacular reinterpretación contemporánea de Miquel Barceló en la Capilla del Santísimo, donde la tradición y la modernidad conviven en perfecta armonía.

A pocos pasos de allí, la Lonja de Palma se erige como otro de los grandes emblemas de la arquitectura civil gótica. Obra maestra del arquitecto Guillem Sagrera, este antiguo edificio mercantil del siglo XV fue testigo de la prosperidad comercial de una isla que miraba al mundo. Sus columnas helicoidales, que se elevan como palmeras de piedra, y su cubierta abovedada sin pilares intermedios conforman uno de los espacios góticos más espectaculares de Europa.

El itinerario continúa hacia el Palacio de la Almudaina, antigua fortaleza árabe transformada en palacio real tras la conquista cristiana, donde la mezcla de estilos refleja las múltiples almas de la ciudad. Desde allí, un breve paseo conduce al Castillo de Bellver, una joya arquitectónica de planta circular única en Europa, rodeada de bosques de pinos y con una de las panorámicas más impresionantes sobre la bahía.

Más allá de estos monumentos, la Palma gótica se descubre también en sus callejones y plazas silenciosas, la histórica Iglesia de Santa Margalida, la parroquia de Sant Jaume, las maravillosas gárgolas de la Iglesia de Santa Eulalia o el impresionante claustro del Convento de Sant Francesc. También en el Museo Diocesano, el Consulado del Mar, el Museo de Mallorca y el Conjunto Monumental de Santa Creu. Caminar por su casco antiguo es como recorrer un libro abierto, donde cada piedra, cada escudo y cada arco apuntado narra un fragmento de la historia mediterránea.

El otoño es una estación ideal para vivir la historia, el arte y la cultura de la capital balear. La lluvia de ofertas que nos propone Palma se desborda por toda la ciudad y salpica su gran tejido cultural compuesto por una gran variedad de museos, centros culturales y galerías de arte. Entre historia, arte y arquitectura, la la temporada es una invitación a recorrer la ciudad con calma, dejándose sorprender por la huella del tiempo y la belleza de su patrimonio.

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