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La Embajada de México y el teatro Fernán Gómez presentan la Ofrenda del Día de Muertos
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La Embajada de México y el teatro Fernán Gómez presentan la Ofrenda del Día de Muertos

miércoles 26 de octubre de 2022, 09:05h

Laila Ripoll, directora artística del teatro Fernán Gómez, acompañada por el embajador de México en España, Quirino Ordaz Coppel ha presentado la Ofrenda del Día de Muertos.

La Embajada de México en España, con la colaboración del Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa inaugura la instalación Reencuentros.

La instalación Reencuentros reúne distintos elementos de la tradición del Día de Muertos y a la vez conmemora los 45 años de relaciones diplomáticas entre México y España, que se cumplen este año 2022, luego de que el 28 de marzo de 1977, ambos gobiernos formalizaran su restablecimiento.

Se trata de una propuesta innovadora y disruptiva, la de mayor escala organizada por la Embajada de México, que hace partícipe al público de la riqueza de las tradiciones culturales de México. Consta de un recorrido que se inicia en un arco de flores de cempasúchil, seguido de un mural interactivo de reencuentro con los ausentes queridos. El componente principal es un altar circular compuesto de distintas ofrendas típicas al estilo de aquellas del estado de Michoacán.

El Día de Muertos es una celebración ancestral que simboliza el encuentro entre los vivos y los ya fallecidos. Durante esta celebración la tristeza y la nostalgia se convierten en fiesta, gozo y desparpajo, pues honramos a los queridos difuntos que por unas horas regresan al mundo de los vivos para unirse a nuestras familias.

El altar de muertos instalado en el vestíbulo de entrada a la sala Guirau consta de varios niveles, en forma de escalera, decorados con un arco de flor de cempasúchil, papel picado de colores, banquete, velas y veladoras eléctricas o con batería, pan de muerto y calaveritas.

El altar de muertos: origen y significado:

El altar de muertos es un elemento fundamental en la celebración del Día de Muertos. Se tiene la creencia de que el espíritu de sus difuntos regresa del mundo de los muertos para convivir con la familia ese día, y así consolarlos y confortarlos por la pérdida. El Día de Muertos es reconocido internacionalmente: en 2003 fue declarado Patrimonio Mundial Inmaterial por la UNESCO, considerada como “una de las más relevantes del patrimonio vivo de México y del mundo. La creencia es que por unas horas ellos regresan al mundo de los vivos para unirse a nuestras familias. Significa compartir con los parientes y amigos fallecidos ciertos goces de la vida. El altar, como elemento tangible de tal sincretismo, se conforma de la siguiente manera:

Las ofrendas y su significado

Las ofrendas deben contener una serie de elementos y símbolos que inviten al espíritu a viajar desde el mundo de los muertos para que conviva ese día con sus deudos.

Imagen del difunto. Dicha imagen honra la parte más alta del altar. Se coloca de espaldas, y frente a ella se pone un espejo para que el difunto solo pueda ver el reflejo de sus deudos, y estos vean a su vez únicamente el del difunto.

La cruz. Utilizada en todos los altares, es un símbolo introducido por los evangelizadores españoles con el fin de incorporar el catecismo a una tradición tan arraigada entre los indígenas como la veneración de los muertos. La cruz va en la parte superior del altar, a un lado de la imagen del difunto, y puede ser de sal o de ceniza.

Copal e incienso. El copal es un elemento prehispánico que limpia y purifica las energías de un lugar y las de quien lo utiliza; el incienso santifica el ambiente.

Flores. Son el ornato usual en los altares y en el sepulcro. La flor de cempasúchil es la flor que, por su aroma, sirve de guía a los espíritus en este mundo.

Papel picado. Es considerado como una representación de la alegría festiva del Día de Muertos y del viento.

Velas, veladoras y cirios. Todos estos elementos se consideran como una luz que guía en este mundo.

Calaveras. Las calaveras son distribuidas en todo el altar y pueden ser de azúcar, barro o yeso, con adornos de colores; se les considera una alusión a la muerte y recuerdan que esta siempre se encuentra presente.

Comida. El alimento tradicional o el que era del agrado de los fallecidos se pone para que el alma visitada lo disfrute.

Bebidas alcohólicas. Son bebidas del gusto del difunto denominados “trago” Generalmente son “caballitos” de tequila, pulque o mezcal.

Objetos personales. Se colocan igualmente artículos pertenecientes en vida a los difuntos, con la finalidad de que el espíritu pueda recordar los momentos de su vida.

El altar evoca constantemente los elementos que le dieron origen y que lo traducen en una repetición y evocación constantes del mundo indígena y del católico, con símbolos que adquieren un nuevo significado. La muerte es concebida como una nueva etapa: el muerto viene, camina y observa el altar, percibe, huele, prueba, escucha.

No es un ser ajeno, sino una presencia viva. La metáfora de la vida misma se cuenta en un altar, y se entiende a la muerte como un renacer constante, como un proceso infinito que nos hace comprender que los que hoy estamos ofreciendo seremos mañana invitados a la fiesta. Y es de esta manera como honramos a nuestros antepasados y amigos fallecidos de una manera colorida, festiva y llena de amor.

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